Horacio Rosatti: De Constituyente a Presidente de la Corte Suprema

Horacio Rosatti nos recibió en la biblioteca del Palacio de Tribunales. Entre estanterías de madera oscura y libros de derecho, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación nos esperaba con entusiasmo. Recordar la Convención Constituyente de 1994 no es un ejercicio nostálgico para él, sino un momento fundacional en su vida política, académica y jurídica. En la víspera del reportaje, llamó a Augusto Alasino y a Carlos “Chacho” Álvarez, dos viejos colegas de aquellos años, para refrescar recuerdos y lo que pretendía ser una consulta de 10 minutos terminó siendo una conversación de media hora. “Fueron meses intensos”, dice, mientras apoya sobre la mesa un par de objetos que pocos poseen: su Constitución de constituyente, con su nombre impreso en la tapa, su credencial de la Convención, los discursos que pronunció en Santa Fe y otros objetos como la llave del sistema de votación y su manual de uso. Un avance tecnológico de la época. Cada constituyente tenía una llave personalizada, fabricada por la empresa Autotrol, que se insertaba en el pupitre para votar. Rosatti aún la conserva, como testimonio de aquellos días.

En 1994, Rosatti tenía 37 años y era una de las figuras más jóvenes de la Convención. Fue electo por el Partido Justicialista de Santa Fe y rápidamente se convirtió en una referencia dentro de su bloque. No tardó en quedar cerca de los operadores más pesados del peronismo y terminó siendo vicepresidente del bloque que conducía Alasino. Desde ese rol, participó en debates claves como la propiedad de los recursos naturales, el Consejo de la Magistratura y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires.

Uno de los momentos que más recuerda es cuando Raúl Alfonsín le pidió un encuentro privado. El expresidente estaba preocupado porque ciertos sectores de la Convención querían abrir el debate sobre la legalización del aborto, un tema que no estaba habilitado en la ley de reforma. “Si esto se discute, la UCR se levanta y se cae todo”, le dijo Alfonsín. Rosatti llevó el mensaje a su bloque y, tras una discusión interna, el peronismo resolvió no avanzar con el tema. La Convención siguió adelante.

Tras la reforma, su carrera se disparó. En 1995, fue elegido intendente de Santa Fe. Luego ocupó distintos cargos en el Estado, hasta que en 2003 el presidente Néstor Kirchner lo nombró ministro de Justicia. No duró mucho: en 2004, renunció por diferencias con el gobierno. De allí pasó al ámbito académico, escribió libros y en 2016 fue designado juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En 2021, llegó a la presidencia del máximo tribunal.

Hoy, sentado en la biblioteca de Tribunales, Rosatti insiste en que la reforma del ‘94 fue un hito clave en su vida. “Fue el último gran acuerdo de la política argentina”, dice. “Después vinieron los años de ruptura, de grieta, de imposibilidad de consensos”.

Cuando nos despedimos, recogió sus objetos con la misma precisión con la que ha construido su trayectoria. La política lo llevó por distintos caminos, pero la reforma del ‘94 sigue siendo su piedra angular.

Episodio 7: Horacio Rosatti - Convencional Constituyente por el PJ - Santa Fe