

Augusto Alasino: El jefe del bloque peronista
Augusto “Choclo” Alasino fue uno de los nombres clave de la Convención Constituyente de 1994. No solo encabezó al peronismo en los debates más tensos, sino que era el encargado de cerrar las discusiones y garantizar que la reforma avanzara sin sorpresas. Como entrerriano, tenía una conexión especial con la Constitución: Justo José de Urquiza, otro entrerriano, fue el gran impulsor de la primera Carta Magna argentina en 1853.
Su llegada al liderazgo del bloque justicialista no fue planeada. En principio, el cargo estaba destinado a Rubén Marín, gobernador de La Pampa y hombre de confianza de Menem. Pero una interna política lo dejó fuera, y la conducción quedó en manos de Alasino. No era el elegido, pero se convirtió en la pieza clave de la Convención. Manejó con precisión quirúrgica los acuerdos internos del peronismo, atendió los reclamos de los gobernadores y sostuvo el equilibrio con el radicalismo. Desde su despacho, se cocinaban las decisiones que luego se votaban en el recinto.
Estuvo en todas las negociaciones importantes. Iba y venía a Buenos Aires cuando era necesario. Y defendió la reelección presidencial como si fuera la propia, pero también fue determinante en otros aspectos que terminaron redefiniendo el poder y la institucionalidad en Argentina: el Consejo de la Magistratura, el balotaje, la elección directa del jefe de Gobierno porteño y hasta la nueva ley de coparticipación. Esta última, según Alasino, quedó tan perfecta en su redacción que se volvió impracticable, una especie de enmienda inalcanzable en el esquema político argentino.
Su relación con Raúl Alfonsín fue más estrecha de lo que muchos imaginaban. El expresidente lo respetaba, aunque lo tenía catalogado como un “autito chocador”, alguien de perfil fuerte y directo. A lo largo de la Convención, construyeron un vínculo que se mantuvo incluso después de la reforma. Aquella confianza hizo que años más tarde Alfonsín fuera estafado en nombre de Alasino. Una historia imperdible que surgió de estas conversaciones.
Alasino no solo negoció el texto de la reforma, sino que además manejó el clima dentro del peronismo. Los gobernadores, los senadores, los operadores políticos del menemismo, todos pasaban por él. Su papel fue tan determinante que, sin él, la reforma del ‘94 no habría sido posible tal como se conoció.
El final de su carrera política lo encontró alejado del centro del poder y más enfocado en colaborar desde afuera en la política provincial de Entre Ríos. Fue uno de los tantos protagonistas de la década del ‘90 que la crisis política de principios del 2000 lo dejó fuera de circulación, envuelto en un escándalo que se conoció como “Las coimas del Senado”. Inteligente, agudo y sencillo, son algunas de las características que recuerdan aquellos que interactuaron con él en sus años dorados.
Alasino fue parte del poder de su tiempo, pero también estuvo rodeado por el futuro del poder: Durante la Convención Constituyente, a su derecha se sentaba Horacio Rosatti, quien con el tiempo llegaría a la presidencia de la Corte Suprema, y a su izquierda, Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernaría el país durante dos mandatos. Es decir que no sería una locura pensar que el poder en la Argentina, no tiene algo de Alasino.
Episodio 11: Augusto “Choclo” Alasino - Convencional Constituyente por el PJ - Entre Ríos
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